lunes, 24 de septiembre de 2012

El Procurador como espejo de la sociedad colombiana.


Alejandro Ordoñez Maldonado es un reflejo de la manera como se ejerce el poder en el sector público en Colombia. Hace cuatro años, sus excompañeros del Consejo de Estado lo ternaron con varios meses de anticipación a la elección, situación que le permitió hacer una prolongada campaña, en la cual convenció a todos los sectores del Senado de apoyar su postulación a la Procuraduría General de la Nación. La Corte Suprema de Justicia, demoró varias sesiones la elección de su candidato, razón por la cual cuando eligió a Camilo Gómez, ya no existía manera de hacer contrapeso a la segura designación de Ordoñez. El Presidente Uribe postuló al profesor Bustillo a sabiendas que tendría más posibilidades de ser designado Fernando Vallejo santo pontífice en un cónclave, que el noble profesor en la Procuraduría. Una vez posesionado en el cargo,  suscribió su primer fallo absolviendo de manera escándalos a los Ministros del Interior y de Seguridad Social del proceso disciplinario que su antecesor de manera cobarde no terminó. Y allí comenzó su cruzada por  las buenas costumbres y su obsesivo tema de obstrucción a las políticas de planificación familiar, a pesar de que una de cada cinco  adolescentes colombianas es madre.
Una vez finalizó el gobierno del Presidente Uribe, arremetió contra los funcionarios de ese gobierno y se convirtió en su perseguidor.  Descubrió todas las faltas disciplinarias una vez que los funcionarios no detentaban ningún poder. Los procesos disciplinarios avanzaban de acuerdo al poder político de los cuestionados. De esta manera, en el escándalo de la entrega de dineros por departamentos y municipios a Fiducias para su administración que finalizó con la pérdida de millonarias sumas de dinero, descubrió que los culpables eran los Tesoreros y Secretarios de Hacienda y procedió a absolver Alcaldes y Gobernadores, que en algunos casos habían sido condenados en primera instancia como González Mosquera del Cauca. Las Procuradurías Regionales continuaron como en épocas de Maya Villazón convertidas en estancias temporales de recomendados políticos de sus electores. .La campaña para la reelección no comenzó hace unos meses cuando en el diario El Tiempo solicitó al Presidente que lo ternara sino hace un par de años cuando absoluciones como las señaladas comenzaron a favorecer a aliados políticos de sus electores, los Senadores de la República.
Ante la invitación pública del Consejo de Estado para los aspirantes a la Procuraduria y la demora del Presidente en la nominación de su candidato, la Corte Suprema de Justicia, la misma que hace cuatro años demoró meses la elección de su candidato después de un proceso de selección con varios aspirantes, decidió en una sola sesión que su candidato era Ordoñez, coincidencialmente  el mismo superior jerárquico de familiares y amigos de varios magistrados.
Para evitar inhabilidades  a la hora de votar, la actual esposa del Presidente del Senado, Roy Barreras renunció a su cargo en la Procuraduría. A Ordoñez lo elegirá, el mismo Senado que votó sin inmutarse la Reforma a la Justicia y su victoria será avasallante. A Corso, Iragorri, Benedetti y compañía poco les importa que el representante de la sociedad sea fanático  o ateo, siempre y cuando los funcionarios que designa sea coincidencialmente amigos suyos. Mientras todos discutíamos sobre el aborto, los derechos de los homosexuales y la castidad del Procurador, Ordoñez ajustaba los votos para prolongar cuatro años su permanencia en el Ministerio Público. Una vela a Dios y otra al diablo. Su reelección como representante de todos en cierto modo nos da una idea de la sociedad que hemos forjado en la cual  un funcionario público se burla ante todo un país de una decisión judicial que le ordena una rectificación y en cambio realiza una ratificación.  

martes, 4 de septiembre de 2012

Juzgando a Venezuela desde Colombia

Faltando poco más de un mes para las elecciones presidenciales de Venezuela donde Hugo Chávez aspira ampliar su mandato hasta 2019,  causa especial atención la manera displicente en que algunos comentaristas se refieren a la realidad de ese país. Los apuntes irónicos sobre la forma chavista de gobernar que centraliza todo en manos del ejecutivo, el papel secundario del Congreso, la cooptación del poder judicial y la falta de espacio a la oposición son recurrentes. A lo anterior se suman los continuos atropellos a la libertad de prensa. Contrasta la anterior situación con la solidez institucional colombiana que tiene al país en la mira de la inversión extranjera y del crecimiento económico. Pareciera que la comparación entre ambas situaciones  dejara un saldo bastante favorable a Colombia.
Cuando se comienza a ver la viga en el propio ojo, encontramos que muchas de las situaciones que repudiamos y juzgamos como insólitas, se producen en nuestro diario acontecer sin que apenas nos demos cuenta. La reforma a las regalías fue un golpe contra la descentralización promovida en la Constitución de 1991, en adelante en Bogotá se definen las prioridades de inversión en las regiones del país. El Congreso de la República se convirtió en un notario del presidente de turno. De la absolución a Samper a la aprobación de la fallida reforma a la justicia, el Congreso ha demostrado su incapacidad para ser un contrapeso del ejecutivo. El poder judicial ha demostrado que sus miembros gozan de intangibilidad cualquiera sea su comportamiento.  La manera en que fue ternado para su reelección el actual Procurador demuestra el grado de clientelización  de las cortes.  Con relación a la libertad de prensa, puede indicarse que aunque formalmente existe, especialmente en provincia quien se opone al gobernador o alcalde de turno tiene pocas posibilidades de subsistir debido a que la mayor fuente de financiación es la pauta oficial. A nivel nacional,  es tan  independiente la prensa, que el sobrino del presidente dirige la revista más leída del país, el director del diario de mayor circulación tiene a su hermana como embajadora en Brasil  y uno de los  pocos periodistas de oposición es Francisco Santos, primo hermano del presidente.  De otra parte, ante las denuncias por los tratos a sus trabajadores, una empresa petrolera se convirtió en patrocinadora de la selección Colombia y principal anunciante del programa de mayor audiencia radial en la mañana. El Tiempo, principal diario del país fue adquirido por el dueño de la tercera parte del sistema bancario y hombre más rico del país, con intereses en los más variados sectores. La autocensura es evidente y quienes se salen del libreto corren la suerte de la Revista Cambio.
La existencia de división de poderes y ejercicio de libertades son características de los  estados democráticos. La rotación en el poder es necesaria y saludable pero por sí sola no garantiza estos logros. Nada peor para cualquier nación que el mesianismo de un individuo que pretende dirigir un país hasta su desaparición física debido a que convierte su parecer en ley.  Sin embargo, que esto no ocurra no significa que muchos de los problemas que vemos en el espejo no los padezcamos nosotros mismos. El problema de la “normalidad democrática“ es que vuelve todo justificable y de aceptación sumisa por los ciudadanos. Ojala no necesitemos un Chávez, para darnos cuenta que algunas de las cosas que señalamos  de Venezuela hace tiempo ocurren entre nosotros.