jueves, 27 de marzo de 2014

Venezuela: Entre la indiferencia y la complicidad internacional.

Hace cuarenta y cinco días estallaron en diferentes partes de Venezuela protestas ciudadanas que buscan una respuesta del gobierno de Nicolás Maduro  al desabastecimiento de productos básicos, la inflación y la violencia. Las primeras semanas de estos acontecimientos fueron cubiertas por los medios internacionales, algunos de los cuales fueron censurados y expulsados de la república bolivariana por transmitir una versión diferente a la gubernamental. La respuesta del gobierno ante las variadas muestras de inconformidad ha sido cerrar filas en defensa de la revolución bolivariana acusando a los líderes opositores de fascistas y representantes de intereses foráneos que tienen como única finalidad desestabilizar el joven gobierno del heredero político de Chávez. Por la magnitud del movimiento ciudadano que expresa inconformidad por la actual situación del país, el gobierno comprendió que debía apuntar a una batalla de desgaste, en la cual el pasar de los días corre a su favor y la demostración de una aparente estabilidad terminara  haciendo ceder por cansancio a los opositores.  En desarrollo de esa tarea ha logrado triunfos diplomáticos como volver invisible la situación ante instancias como la OEA o Unasur, además  de disminuir  el interés de los medios de comunicación internacionales  en la situación que fue noticia de cubrimiento especial hace un mes pero hoy se  ha convertido en un reporte diario  monótono y repetido en el cual se informan de marchas y escaramuzas matutinas, como si dichas situaciones correspondiera a la normalidad en la vida del país. Lo anormal se volvió normal y los reportes hacen referencia de las diferentes concentraciones en contra del gobierno con la misma naturalidad que informan sobre el clima o los resultados del fútbol. Desafortunadamente para los ciudadanos venezolanos que esperan y aspiran  vivir en una nación donde tengan acogida ideas diferentes a las chavistas ha llegado el momento de notificarles que se encuentran solos en su lucha y ninguno de los gobiernos democráticos del continente está dispuesto a arriesgar nada para no digamos apoyar sino siquiera visibilizar la situación que vive su país. Panamá es el mejor ejemplo del tratamiento que el gobierno revolucionario le dará a cualquier Estado que ponga sobre el tapete el tema de la situación venezolana. Así le responde Latinoamérica a la tierra de donde salieron los hombres y mujeres que lucharon por la independencia de España hace dos siglos.
Causa desconcierto el estado de un país que durante los últimos tres lustros ha recibido los mayores recursos de su historia por el valor del barril de petróleo superior en un 1.000% al momento de la llegada de Chávez al poder. El argumento según el cual las marchas son auspiciadas por la oligarquía huérfana de poder que quiere retomar el mando del país se caen por su propio peso. Los venezolanos más adinerados que no se alinearon con el gobierno salieron hace mucho tiempo del país y establecieron sus negocios en otras naciones. El capital humano mejor calificado también emigró o está en proceso de salida del país. Las marchas de hoy están conformadas por personas de clase media que se resisten a creer que la única posibilidad de tener trabajo e ingresos en su país estén directamente relacionadas con pertenecer al PSUV, vestirse de rojo, aplaudir al déspota de turno y hacer juramentos ante la bandera del “padre eterno de la revolución”. Causa escalofrío a un ciudadano de un país democrático que su país tenga como referencia la Cuba de los hermanos Castro que llevan más de medio siglo en el poder logrando convertir lo anormal en normal. Para algunos venezolanos la derrota de este movimiento puede ser el motivo para confirmar la pérdida de su país. Para quienes no puedan emigrar será la continuación de un régimen que desde la lista Tascón ha demostrado que no se olvida de sus opositores. Todo lo anterior ocurre ante el silencio cómplice de los gobiernos del continente, los mismos que se encargan de señalar continuamente los males de las desastrosas dictaduras de la segunda parte del siglo XX en América Latina  pero no tienen ningún reparo en sentarse a manteles con dictadores como los Castro ni tampoco en voltear la vista hacia otro lado para no ver las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Si él déspota tiene ideas de derecha es un dictador pero si tiene ideas de izquierda es un revolucionario.
Quienes aspiran a vivir en un país diferente al modelado por Chávez, Maduro y compañía no cuentan con ninguna instancia internacional donde siquiera puedan denunciar los excesos del régimen. El sistema interamericano de derechos humanos está demostrado su inutilidad y es irrespetado por los jefes de Estado que no comparten sus decisiones. Colombia que hasta hace una semana cumplía las decisiones de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya se unió al club de países que acata estas decisiones de acuerdo a la conveniencia de los mandatarios de turno. La manera grotesca como Santos tomo por asalto la Alcaldía de Bogotá nombrando como  mandatario a su Ministro de Trabajo y dedicado a resolver los problemas de la ciudad en pocos días con la finalidad de obtener réditos para su campaña electoral es repugnante. Nada diferente puede esperarse del mismo personaje que hace dos años  alabó la reforma a la justicia por la noche y en la mañana salió a hundirla con el pretexto de haber sido engañado. Para lograr su reelección no ha tenido problema en subirse en hombros de reconocidos corruptos, de los cuales se hace fotografiar en público. Ante la inminente reelección del actual presidente, nuestros vecinos pueden tener la seguridad que Colombia jamás realizara ninguna acción que pueda dañar su relación con el anfitrión de los jefes de las farc. El oportunismo y la  posibilidad de sacar ventaja de la actual debilidad del gobierno venezolano serán las motivaciones para actuar de la mayoría de los gobiernos del continente. Los venezolanos están volviéndose protagonistas del cuento  “El Traje del Emperador” de Andersen, pues aunque su país está cada vez en una situación más ruinosa en todos sus frentes, nadie en la comunidad internacional se atreve a señalar esto para no ofender al emperador. Que tristeza estas revoluciones que hacen a los ciudadanos suspirar por el antiguo régimen. Cuando todo termine, lo único que sabrán hacer los hijos de la república bolivariana  será aplaudir porque si algo ha enseñado la historia de estos regímenes autoritarios es que liquidan la capacidad de raciocinio de los individuos y dejan reducida la función intelectual a una sola cosa: aplaudir

lunes, 10 de marzo de 2014

El triunfo de las famiempresas electorales


Ayer nuevamente se confirmó que la política en Colombia que debía ser una actividad en la cual  hombres y mujeres prestan sus mejores oficios al servicio de los demás se ha convertido en un conjunto de microempresas familiares que realizan inversiones cada cuatro años con la finalidad de obtener utilidades para sus inversionistas y entregar grandes bonos a sus representantes de acuerdo al cumplimiento de metas relacionadas con adjudicaciones de contratos estatales o direccionamiento de decisiones de política pública. No de otra manera puede explicarse la rapidez en que son remplazados personajes condenados por la justicia por delitos que van desde homicidios y peculados hasta conciertos para delinquir por hermanos, hijos, sobrinos y esposas que ocupan los cargos de elección popular que estos han dejado. La historia enseña las consecuencias de dejar el “negocio” en manos de otro. Ahí está Uribe quejándose de que Santos utilice las mismas estrategias que él utilizó cuando era presidente. Cuando en las elecciones de hace 12, 8 y 4 años ocurrió lo mismo, esto era consecuencia de la voluntad popular. Ahora, cuando estos votos no se contabilizan a favor del expresidente son el resultado de la compra de votos. Solo falta que el elefante salga a realizar declaraciones sobre la turbia financiación de algunas campañas al congreso y la presidencia.

La lista que más votos recibió fue la del partido de la u. Este partido que fue creado en torno a los “programas” de Uribe y por ello fue bautizado así y dirigido en sus inicios por el actual presidente quien salía en todas las propagandas diciendo “Presidente, este es su partido, el partido de la U.” ha tenido una importante renovación. Su mayor elector fue Musa Besaile Fayad, quien ha sido autor de  leyes tan importantes como la declaratoria de patrimonio cultural de las fiestas taurinas de Sahagun y la declaratoria de patrimonio histórico, educativo y cultural de la Institución Educativa Andrés Rodríguez Balseiro de Sahagún. Su obsesión en el tema patrimonial fue correspondida generosamente por los electores. El segundo candidato con mayor votación fue Bernardo Miguel Elías Vidal quien presentó el año anterior un proyecto de ley para declarar patrimonio histórico, folclórico y cultural de la Nación el Festival del Porro en San Pelayo, Córdoba. Esta loable iniciativa garantizó el interés de los votantes quienes tuvieron mucho que discutir entre las iniciativas de estos congresistas que tienen la cultura y la educación como el propósito principal de su quehacer político. Para terminar con la U, el tercer escaño fue para José David Name, heredero del patriarca Name Terán, de quien no recuerdo sus hazañas con la finalidad de no aburrir a quienes leen estas líneas. En el Partido Conservador los tres primeros lugares fueron para los expastranistas, exuribistas y ahora santistas Gerlein, Cepeda y García Burgos. En Cambio Radical, Arturo hijo de Fuad ocupó el primer lugar seguido por Carlos Fernando Galán y Varon Cotrino, a quien alguna vez Uribe llamó “manzanillo de cuello perfumado”. En el Partido Liberal Serpa papá obtuvo la mayor votación seguido del hermano del presidente del Congreso y Juan Manuel Galán. Uribe, por su parte arrastró con su nombre al Congreso a 18 personas que solo tendrán que rendirle cuenta a él pues nadie voto por ellos. Como no todas las noticias podían ser negativas, personas como Jorge Enrique Robledo y Claudia López garantizaran que se discutan en el Congreso asuntos diferentes a las declaratorias de patrimonios históricos y culturales. Ayer ganaron una vez más los empresarios de la política y debido al ingreso al Congreso del Centro Democrático la tarifa que tendrá que pagar Santos para mantener su gobernabilidad y Vargas Lleras para asegurar sus lealtades con miras al  2018 será bastante alta. Pero, qué importa, igual, ellos giran con chequera ajena.

P.D. Un Chávez no nace de la noche a la mañana. Se necesitan años o décadas de abusos de los mismos a los mismos para que un líder locuaz y carismático conquiste a todos los que quieren un cambio. Es un error ignorar lo que pasa en la casa del vecino cuando en la propia ocurren  las mismas situaciones.