Todos celebran los resultados
de las elecciones del pasado 25 de octubre como una victoria. El presidente
indica que son los comicios donde mayor participación se ha registrado. Vargas
Lleras y sus impresentables patrocinados celebran las gobernaciones y alcaldías
obtenidas. Serpa levanta al aire los brazos de los temibles nuevos gobernadores
de Antioquia y Santander. Con algunas excepciones, la dinámica de las pasadas
elecciones continúa demostrando el fracaso de la reforma de 1986 que permitió
la elección de autoridades locales y por esta vía sometió algunas regiones a barones electorales que las
manejan a su antojo. Las elecciones de la tía del Gobernador en Magdalena y la esposa del excongresista Pérez
en la gobernación del Meta son apenas una muestra de cómo algunos departamentos
quedaron en manos de asociaciones de contratistas y políticos que realizan
fuertes inversiones en la campaña para luego tener réditos por cuatro años
derivados del presupuesto. Nadie protesta ni tampoco reclama.
El Consejo Nacional Electoral
(CNE) que hace las veces del Consejo Superior de la Judicatura en materia
electoral por la calidad de sus integrantes y las labores que adelanta no tuvo
inconveniente en acusar de transhumancia a más de un millón de colombianos a
una semana de las elecciones por cometer el delito de inscribirse en un lugar
diferente al que votaron en las pasadas elecciones. Sin más pruebas que unas
débiles presunciones y la violación del artículo 83 de la Constitución
procedieron a dejar sin efecto la inscripción y enviar copia a la fiscalía
general de la nación de la resolución en la cual adoptaron esa decisión con la
finalidad que investigue a los transhumantes. Si apenas estamos llamado a
declaración a los que participaron en las desapariciones forzadas y homicidios
de la toma del palacio de justicia hace 30 años, no se imagina nadie cuando tendrá
tiempo la fiscalía de investigar este “atentado” a la democracia. Así, de
manera arbitraria se negó el derecho a elegir de cientos de miles de
ciudadanos, al mismo tiempo que se descubría gracias a una columna de Daniel Coronel
que uno de los asesores del presidente del Consejo Nacional Electoral es un
ciudadano al que se le atribuyen delitos
menores como desaparición forzada. De un funcionario con esa calidad de
asesores, no se extrañan los pronunciamientos que realiza y los actos
administrativos que firma. Siguiendo la doctrina Pretelt, no pasara nada y ese
acto inconstitucional e ilegal quedara sin castigo. Mientras el CNE abogaba por
la transparencia de las elecciones, en la calle ocurría lo mismo de siempre.
Los compradores de votos hacían lo suyo. Listado, votación y pago. No en balde
personajes como el gato volador son hoy senadores de la república sin
distinguir mayúsculas de minúsculas.
Y mientras transcurrían los
últimos días de campaña, las elecciones y las celebraciones, el exgobernador de
Cundinamarca Alvaro Cruz quien hace cuatro años llegaba de manera arrasadora a
su cargo en los brazos de Uribe, Vargas Lleras y Santos veía como la suerte le
había cambiado de manera radical en 180 grados. Sus amigos de ayer repugnan
cualquier asunto que los relacione con el exgobernador. Cruz trato de salvar su
pellejo entregándole a un abogado charlatán de la Procuraduría General de la Nación
2.000 millones de pesos para enterrar su proceso en la fiscalía. Su esposa, en
otra “época” cercana al nuevo alcalde Bogotá se escucha muy indignada en las
grabaciones divulgadas por los medios de comunicación al indicar que fueron
estafados por el abogado que les pidió el dinero para arreglar el proceso y que
no podían dar más plata porque “ ni que
fueran traquetos.” Este señor que
trabajaba en la Procuraduría merece un reconocimiento en los círculos delincuenciales
porque engañar a un personaje de talla de Cruz que había perfeccionados sus
artes desde la época de Secretario de Obras de Andrés González merece ser
reconocido. La situación de ambos en los próximos años será diferente. Cruz
antes de un año estará en detención domiciliaria en su casa la lado de su
retoño luego de que sus abogados hubieren “demostrado” que no es humano que una
persona en sus penosas condiciones permanezca en prisión. El pobre diablo que
lo “estafo” deberá entregar los pesos que le quedan al abogado y su reclusión
será en la prisión. El costo de haber timado a un pez más grande que él será su
permanencia en prisión.
La última conclusión de los
eventos de estos días es que nuestro próximo presidente Germán Vargas Lleras en
su tarea de conseguir apoyos para cumplir la misión de su vida de llegar a la
presidencia tiene un pudor similar al de
Samper. Mientras le pongan votos, no importa antecedentes ni actividad del
ciudadano. Hace cuatro años se fundía en abrazos con Kiko Gómez y Alvaro Cruz.
En estas elecciones su partido repartió avales al mejor estilo del PIN. Alguna
vez Antonio Caballero indicaba que nuestro destino era que todo presidente era
peor que el anterior. Vargas Lleras está dispuesto a demostrar que Caballero
tenía razón….. Y pensar que esta es la institucionalidad que no estamos
dispuesto a negociar con las farc.