lunes, 27 de julio de 2020

El Senador Vulgar


Cuando se escuchan las grabaciones dadas a conocer por Daniel Coronell en las cuales un senador conversa con un juez sobre el sentido de una decisión que debe  adoptar ese funcionario en un proceso, la contraprestación por este “negocio” e insinúa el valor que estarían dispuestos a pagar sus amigos por la “vuelta” en el lugar que le indiquen, lo que más impresiona es la tranquilidad del oferente en la propuesta que realiza, unida a la seguridad y confianza de quien tiene la certeza de no responder por sus actuaciones. El caso es muy interesante porque refleja dos cosas: El oferente lleva varias lustros haciendo “vueltas” sin sanción alguna, situación que demuestra que el sistema no funciona o esta cooptado, o ambas cosas, y, el rol de ciertos dirigentes y servidores públicos, lejos de ser el cumplir las funciones propias de su cargo, es dedicarse a realizar “favores” remunerados y aprovechar su cuarto de hora para “cuadrar caja.” Parecieran en un concurso de “ llévese todo lo que pueda en 2 minutos” aplicado a sus periodos de servidores públicos.
El senador vulgar que se escucha en los audios había comenzado en la década de los noventa su carrera política como Concejal de Barranquilla. Durante su periodo como cabildante en los primeros años del siglo XXI, junto a otros honorables concejales de la misma directiva de tal entidad tuvo la ingeniosa idea de certificar unos servicios que jamás fueron prestados al Concejo con la finalidad que los “afectados” demandaran por vía de tutela millonarios pago y en cumplimiento de una sentencia de un juez de la república estos fueran cumplidos. Más de 6.000 millones de pesos de esa época fueron sustraídos del erario  de esta manera. La única entidad que algo hizo ante el grotesco desfalco fue la Procuraduría General de la Nación que mediante un fallo disciplinario, al comprobar las falsedades realizadas sancionó  al inquieto cabildante a la destitución y 18  años de inhabilidad para el ejercicio de cargos públicos. El afectado demandó ante la jurisdicción contencioso administrativa y perdió en ambas instancias. ( ver sentencia Consejo de Estado de enero 26 de 2012 http://www.consejodeestado.gov.co/documentos/boletines/101/S2/11001-03-25-000-2010-00021-00(0146-10).pdf)  Aunque la había sacado barata y se encontraba inhabilitado hasta 2025 para ejercer cargos públicos, a nuestro protagonista literalmente se le apareció la virgen encarnada en uno de sus más amados discípulos de estos tiempos. El diamantino Alejandro Ordoñez después de un sesudo análisis determinó que sus antecesores, sus procuradores delegados y el Consejo de Estado se habían equivocado y habían violado los derechos fundamentales de tan importantes concejales y por ello procedió a la revocatoria directa de la sanción impuesta. De esta manera, recobraba los derechos políticos tan distinguido ciudadano, quien aspiro al Senado para el periodo 2014-2018 donde reemplazo en su curul a su amada exesposa que había llegado al Senado por su grupo político. En el interregno, en el apartamento del personajes fueron encontradas cédulas y dinero en efectivo en 2003 y en las elecciones departamentales de 2015 algunos de sus familiares súbitamente aumentaron su votación en el escrutinio de las mismas, situación que fue detectada por las “autoridades” y sancionada en su momento. El ciudadano con ese prontuario fue de la coalición santista, luego duquista y elegido posteriormente primer vicepresidente del Senado, donde se hizo celebre por sus “ejecutorias”. Este integro caballero nunca fue llamado a juicio por la Fiscalía General de la Nación y sus antecedentes explican la tranquilidad con que realiza sus ofrecimientos. La justicia son “unos manees que se pueden cuadrar”.
Colombia esta llena de esta clase de personajes. Las personas que están vinculadas con asuntos públicos saben y conocen las calidades intelectuales y morales de estos individuos. Pero también saben que no les pasara nada y que las denuncias de esta clase de hechos tienden a irse en contra del denunciante y, en el mejor de los casos, las consecuencias son únicamente económicas. Hace diez años en Bogotá era un secreto a voces que los contratos los manejaba el hermano del Alcalde y el secuaz Tapia. De no habérseles ido la mano por garosos en el tema de las obras que le quitaron a los Nule en la 26 y que desataron la conocida vendetta entre delincuentes, los nietos del dictador y herederos de sus mismos comportamientos seguiría uno en el Senado y otro aspirando a la presidencia.  No pocos inescrupulosos han entendido el servicio público a la manera del senador vulgar. Es un ejercicio de vueltas, mandados, y favores remunerados. Por lo general, estos personajes en el legislativo se mantienen en silencio. Siempre son gobiernistas y solo aparecen para votar en comisiones o plenarias después que el gobierno de turno ha pagado el peaje. La actividad política es una unidad de negocio en la cual se realiza una inversión cuatrienal con mecanismos de compra de votos al estilo Merlano, con la idea de recuperar la inversión en el menor tiempo posible y percibir utilidades. El senador vulgar lo resumió de manera contundente en su propuesta al juez. “Aquí hay un negocio”.. De eso hace quince días y el hombre sigue libre como el viento consiguiendo certificaciones de hipertensión a solicitud de su precavido abogado para solicitar mansión por cárcel en el evento que la justicia alguna vez despierte. Para cuando eso ocurra, se estará alistando la nueva esposa, los hermanos o hijos del vulgar para sucederlo en su curul, porque, como dicen los familiares de los delincuentes elegidos por las clientelas, en Macondo no existen delitos de sangre.

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