domingo, 23 de enero de 2022

Mattos: Retrato de la justicia en Colombia.

 

El caso de Carlos Mattos pasara a convertirse en un símbolo de la “justicia” en Colombia. Para ganar un millonario pleito hace mas de un lustro, el autoproclamado filántropo, lideró una empresa criminal que manipulo el reparto de un proceso judicial para direccionarlo al despacho judicial presidido por un delincuente, quien luego de acordar el precio de sus decisiones, adoptó una serie de medidas judiciales que debilitaron la posición de la parte contraria y permitieron que el “exitoso empresario” forzara una negociación favorable a sus intereses. A finales del año 2016, sus abogados se fotografiaban al lado del triunfador del momento bajo titulares referidos al poderoso “team dream” que había doblegado una multinacional.

Un par de años después del resonado éxito, en una columna escrita por Daniel Coronell, -quien pareciera hacer las veces de fiscal en el país-, en la desparecida revista Semana, que ahora paso a ser una mezcla de Vea y El Espacio, se denunció a un juez del circuito de Bogotá que fue a comprar un vehículo en efectivo a un concesionario en Bogotá. Esa denuncia obligó a la Fiscalía General de la Nación a realizar averiguaciones que terminaron en las detenciones de abogados y funcionarios judiciales involucrados, unos como sobornados y otros como sobornadores. Al poco tiempo se conocería que los generosos sobornos se habían realizado también en otro proceso judicial, en el cual, el apoderado de Mattos en 2016  era el ahora fiscal, Nestor Humberto Martínez,  quien había sido elegido en el cargo luego de la farsa de un concurso público realizado por el gobierno de Juan Manuel Santos para seleccionar la terna para el cargo, para luego ser ungido por la Corte Suprema de Justicia liderada en aquella época por selectos miembros del Cartel de la Toga, liderados por el hoy “exiliado” Leonidas Bustos, amigo cercano del fiscal anticorrupción nombrado por Martínez y detenido en Estados Unidos por recibir sobornos del exgobernador de Córdoba Lyons, quien, a su vez, por saquear el departamento de Córdoba y entregar a la justicia al incorruptible investigador disfruta de las mieles de la impunidad en Florida.

A partir de allí el “exitoso empresario” como repiten nuestros medios en sus crónicas, resolvió dedicarse a dilatar y embarrar el proceso en su contra. Viajó a sus segunda patria desde donde vendió la idea de una persecución en su contra y durante tres años burló a la justicia. Cuando finalmente fue extraditado y siguiendo las ideas de su consigliere, jugó sin éxito la carta de hacerse pasar por loco y enfermo en las audiencias judiciales. A los pocos días de su detención en la inexpugnable cárcel Modelo de Bogotá compartiendo celda con el delincuente Emilio Tapia y con teléfono a su disposición solicito a la Fiscalía un preacuerdo. La fiscal que transmitió al  autoproclamado abogado más brillante de su generación que hoy ejerce como fiscal, fue despedida de manera fulminante por esa indiscreción. Pocas semanas después, y al mismo tiempo que nos saturaban de información sobre el homicida del hermano y su madre, la fiscalía presentaba un preacuerdo ante un juez penal en el cual el doctor Matos se comprometía a resarcir a la administración de justicia con el pago de dos millones de dólares y a cambio se incomodaría con una pena de 56 meses de prisión.

Se desconoce la fórmula utilizada para llegar al valor de la indemnización por el “ente investigador”. En las noticias de 2016 se indicaba que el acuerdo logrado por el dream team había sido por valor de 100 millones de dólares. Con unas migajas y unos pocos meses de  cárcel, el delincuente la ha sacado barata. Sumando tiempos anteriores y gracias a sus labores de estudio en el inexpugnable penal en que se encuentra, no sería difícil ver al protagonista en el mundial de Qatar.

Y su colaboración con la justicia? El determinador del soborno y líder de la organización criminal también será testigo en lo que queda del proceso contra el juez Huertas, quien dicho sea de paso, siguió ejerciendo como administrador de justicia hasta hace pocos meses. Es decir, la colaboración consistirá en ser testigo en un caso que ya esta definido.

Imagínese por un momento diseñar y ejecutar todo el procedimiento para sobornar a dos jueces, lograr decisiones favorables, beneficiarse de ellas, obligar a su contraparte a negociar en desventaja al tener los jueces en el bolsillo y luego indemnizar la “justicia” con menos del 5% de lo obtenido  y un par de años de prisión en el pero de los casos. ¿Sera tan flexible la fiscalía para casos similares? ¿Podrá otro procesado realizar una oferta irrisoria en cuanto a lo obtenido y esta ser aceptada? Desde luego que no. Nunca fue más cierto que la justicia es para los de  ruana

En el caso Mattos, es una afrenta superior a la justicia la manera en que se llego al acuerdo y el monto del mismo que los aberrantes delitos cometidos. Los casos de Mattos y Lyons se convierten en incentivos para los delincuentes de cuello blanco, quienes verifican estos precedentes y los cuantifican como una cuenta contingente menor en desarrollo de su negocio. Aquí todo tiene precio.