En medio de la crisis
sanitaria ocasionada por el Covid 19, durante las últimas semanas el
departamento del Atlántico y la ciudad de Barranquilla se han convertido en
noticia nacional por el alto número de personas contagiados y una curva
creciente de fallecimientos. Destaca la poca información que los medios locales
difunden sobre la situación y la inexistencia de debates en concejos municipales
y asamblea departamental sobre las actuaciones de los ejecutivos locales. Las únicas
noticias sobre la realidad se consiguen por redes sociales o por intermedio de
personas que suplican sea conservado su anonimato antes de realizar comentario
alguno. El miedo a las represalias que puedan tomar los dueños del poder es tan
grande que la única expresión que se acepta para calificar la gestión de los
mandatarios es el aplauso. Se rechaza y condena cualquier manifestación que pretenda
pedir explicaciones, por más sencillas que están sean. A este punto se ha
llegado después más de una década en el poder realizando el mayor gasto en
obras civiles en la historia de la ciudad gracias al endeudamiento autorizado de
manera dócil por un Concejo que desde hace varios años solo realiza la función
de notario.
Peter Waldmann en su obra
sobre el Peronismo 1943-1955 (Edit.Eduntref, 2009) al referirse al control de gobiern, distingue tres estrategias
políticas principales: Unificación, depuración y ajuste. En Barranquilla el
proceso de unificación y control de las fuerzas política y sociales se comenzó
a desarrollar desde la primera administración del clan. El Concejo Municipal,
institución con alto grado de descrédito que al iniciar el siglo XXI fue protagonista
de grotescos escándalos de corrupción por falsificación de documentos para
lograr pagos e indemnizaciones a personas que nunca laboraron allí, resolvió
apoyar de manera decidida los planes de desarrollo fundados en endeudamiento,
lo cual reportó importantes beneficios. Ya van más de 12 años de dejar hacer y
dejar pasar. Los órganos de control se convirtieron en oficinas alternas de la
administración municipal, que son entregadas a los ungidos con meses y años de
anterioridad y en la práctica son defensores de oficio del mandatario local.
Las actuaciones de entes nacionales como la Fiscalía, Procuraduría y
Contraloría se neutralizan desde el Congreso y de cuando en vez se manda a los
leones un funcionario medio para divertir a las tribunas. El caso de la Triple
A es un buen ejemplo de la manera de actuar. La consigna es matar al mensajero.
Los medios locales fueron beneficiados por abundante pauta oficial, que unida a
la propiedad de la principal emisora de la Región permite mostrar una realidad virtual
de felicidad. En este periodo de expansión económica, los contratistas elegidos
muestran un agradecimiento perenne a sus auspiciadores que tiene como
consecuencia que cualquier opositor encuentre las puertas del sector público y
privado cerradas, por lo cual se corre la voz que no es negocio “hablar mondá”
del más eficiente alcalde que ha tenido la historia de Colombia.
La estrategia de la depuración
se aplicó al sacar del camino a cualquier persona, animal o cosa que indicara al
emperador que estaba desnudo. La aniquilación moral de Bernardo Hoyos con los
procesos penales y la cooptación de parte de su movimiento terminó la
competencia política. Desde hace ocho años, la designación de Alcalde no se
realiza el día de las elecciones, las cuales son un simple trámite formal, sino
que dependen de la decisión del dueño del equipo de la ciudad. A lo anterior se
suman las facultades extraordinarias para endeudar a la ciudad sobre vigencias
futuras que ha permitido la revolución del pavimento con cargo a la tarjeta de
crédito que se pagara en el futuro.
El ajuste, más que un medio se
ha convertido en un fin, al vender toda esta nueva situación de poder sin
límites como un modelo de administración apoyado masivamente por los ciudadanos.
De allí, las encuestas y los Julitos “asombrados” por los índices de popularidad
cercanos al 100%. Nunca vivió nadie en un lugar más feliz.
De una plaza que tenía una
competencia política con ofertas variadas
se pasó a una etapa distinta, en la cual, los mandatarios son elegidos por
nominación del mandamás del clan. El relato se encontraba en su momento cumbre
hasta que llego el coronavirus. Y entonces, emergieron las dos o tres ciudades
que existen dentro de la misma ciudad. Al principio de la pandemia, cuando las
cifras fueron favorables se repitió el guión conocido de los mejores administradores
del globo terráqueo. Cuando las cosas comenzaron a complicarse se negó la realidad
y en la actualidad, ante un colapso eminente se pide el apoyo ciudadano. Esta
prohibido pedirle explicaciones a los mandatarios. El que las pida, debe despedirse
de la generosa pauta oficial, el patrocinio de las empresas del clan y los
anuncios de los contratistas.
Mientras todo esto ocurre,
debe salvarse la coronación del rey Arturo como presidente del Congreso a pesar
de la citación de la Corte Suprema de Justicia a rendir versión libre. Esos
tiquetes ya se compraron y no tienen reembolso. Acaso otra razón para abstenerse
de divulgar noticias sobre la verdad de lo que ocurre.
Deseosos que venga rápido
agosto, el asunto se resolverá contratando dos o tres jugadores de renombre
para el equipo del a ciudad y poniendo al diario de la familia del alcalde y a
las emisoras locales a hablar todo el día del campeonato de fútbol. La fórmula
de pan y circo sigue funcionando 2000 años después.
En algunos meses se estará comentando
del liderazgo de nuestros mandatarios locales y departamentales que salvaron la
región de la más cruda pandemia que hubiere asolado la faz de la tierra. Nadie pedirá
explicaciones de nada e iniciaran los almuerzos donde el clan designara sus próximos
mandatarios en alcaldía y gobernación.
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