A menos de un mes para las
elecciones presidenciales, la principal tarea de tres de los cinco candidatos
ha sido que los ciudadanos los conozcan debido a que sus rostros continúan siendo
desconocidos para la mayoría de los electores. Mientras la exsecretaria de
Gobierno de Samuel Moreno Rojas cambia de peinado para atraer más votantes, el exministro
de Hacienda del gran Colombiano multiplica sus anuncios en televisión
impulsando su candidatura en regresar al paraíso en que vivimos del 2002 al
2010, otra exministra de Uribe se arranca una cinta del rostro en lo que parece
una propaganda de un depilador para enfatizar en su carácter. Peñalosa, más
conocido a nivel nacional ha tratado de revivir la ola verde de hace cuatro
años, encontrando en Mockus su principal opositor quien no desaprovecha
entrevista para manifestar que el candidato del partido verde no es la persona
para guiar a Colombia en este momento. El dos veces exalcalde de Bogotá ha
demostrado con sus actuaciones después de las elecciones de 2010 en varias
oportunidades su generosidad con quienes lo ayudaron en dicha campaña. Antanas
gusta de las alianzas y los partidos únicamente cuando actúa como jefe. Eso de
ser gregario no es para personas de su talla. Por último se encuentra el candidato
presidente quien ha logrado superar y por mucho al presidente anterior en
clientelismo y cinismo. Su última víctima fue el tenista Santiago Giraldo a quien felicito antes de la final del
Abierto de Barcelona y como era de esperarse condenó a una derrota al día siguiente.
Pero nada más insoportable que su
comparación permanente con el técnico de la selección Colombia de fútbol. En
cuanta entrevista que concede siempre compara su gestión con la de Pekerman,
indicando que a nadie se le ocurriría cambiar al técnico antes del mundial.
Cuando se pensaba que no habría situación que pudiera superar la anterior, el
deceso de Gabriel García Márquez permitió a todos los colombianos conocer
durante tres días consecutivos como el escritor era un íntimo amigo del
presidente a quien le pidió que culminara el proceso de paz. La ceremonia
realizada en Bogotá en honor al escritor se convirtió en un acto de campaña del
presidente ubicado en la mitad de la Iglesia con Cristo a su espalda y todo el
país escuchándolo. Por no mencionar la masiva campaña de cuñas de la Oficina
del Alto Comisionado para la Paz que en horario triple a nos recuerda
diariamente que si Colombia clasificó al mundial eso es signo de que se
conseguirá también la paz.
Mientras la campaña más
deslucida de la historia reciente transcurre sin que nadie se entere que estamos
a puertas de una elección presidencial, ninguna propuesta motiva ni ningún tema
se debate. La negativa de Santos y Peñalosa a asistir a debates ha terminado
por liquidar los mismos. Los dos canales
privados, agradecidos con un presidente que no ha permitido les llegue la
competencia en cuatro años registran la campaña en noticias de menos de dos
minutos de duración. Santos se ha dado el lujo de no rendir cuentas de nada. No
se habla de su fracaso en la reforma a la educación, la cual fue retirada hace
dos años y nunca se volvió a presentar, permaneciendo la misma Ministra quien hoy
anuncia con una gran sonrisa que llenaran de tabletas todos los colegios del
país. La escandalosa reforma a la justicia acordada entre el Gobierno y las
Cortes que fue desechada en último momento tampoco se volvió a presentar. Y qué
decir del actual Ministro de Agricultura, él mismo que realizó una rueda de
prensa para divulgar una interceptación ilegal al único Senador de la
oposición. Y cuando alguien pide una
explicación en público a la campaña reeleccionista sobre algún tema, su candidato
a Vicepresidente además de insultar al atrevido resuelve sacarlo del recinto
donde se encuentra.
Sin ideas, sin propuestas ni
debates Colombia deberá elegir a finales
de mayo el próximo presidente. El candidato a la reelección pretende que el
país elija entre la paz y la guerra. Así como se adueñó de García Márquez, el
presidente se promociona como el único colombiano que puede finiquitar un
proceso de negociación con las farc. Y lo increíble es que las farc, repudiadas
y desprestigiadas han sido determinantes en las últimas cuatro elecciones
presidenciales. Son las farc hoy el
mayor problema del país? Mientras seguimos discutiendo sobre lo divino y lo
humano con los insurgentes, en los siguientes meses saldrán a las calles todas las personas que se
desmovilizaron en los procesos de las autodefensas. Delincuentes que
secuestraron, desplazaron, robaron, asesinaron y descuartizaron saldrán a la
calle al cumplirse el término de la pena alternativa de 8 años pactada en los
procesos con estas organizaciones criminales. ¿Esta el Gobierno preparado para
la reinserción en la sociedad de estos delincuentes? ¿El Inpec con su
reconocida eficiencia será el encargado de supervisar los reinsertados? ¿Existe
alguna propuesta del abogado de Saludcoop que ejerce temporalmente como Fiscal sobre
este particular? Creo que todos
conocemos la respuesta. El asunto es que el riesgo de no tener una política
pública sobre un asunto tan delicado puede dar como resultado que situaciones
como la de Buenaventura se multipliquen en otras partes del país. Pero nuestro
Pekerman está ocupado en organizar la comitiva que acompañara la selección a
Brasil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario