martes, 3 de diciembre de 2019

Duque y la prosperidad por Decreto


Le tocó a Iván Duque salir a responder por los resultados económicos y sociales de varias décadas en Colombia. Llegando apenas a la tercera parte de su gobierno, el presidente debe dar un timonazo que le permita recuperar la certeza que finalizara su periodo. Hoy parece poco afortunada su decisión se dedicar las energías de su gobierno al resurgimiento de la confrontación con grupos guerrilleros y su cruzada –cada vez mas solitaria- contra la dictadura de Venezuela.  Su política económica dirigida a “liberar” de cargas impositivas a los empresarios para generar empleo dirigida por el exministro de Hacienda de Alvaro Uribe no ha tenido el éxito esperado. Las derrotas políticas sumadas en el año en el Congreso aunadas a la debacle electoral del pasado octubre han tenido como consecuencia el envalentonamiento de los viudos de la mermelada tipo Roy, quiens no tienen objetivo distinto a la búsqueda de “consensos” donde el ejecutivo quede preso de unos legisladores que buscan revancha ante la imposibilidad de direccionar gasto. La equivocada selección de algunos de los miembros del gabinete, el cual en su gran mayoría es invisible y desconocido para los ciudadanos evidencia la soledad del mandatario,. Quienes ocupan las carteras más importantes son coetáneos de Uribe y no del presidente, situación que  ha permitido la consolidación de una imagen desfavorable alta en la cual la percepción de ausencia de liderazgo prevalece sobre las demás.
El presidente ha quedado en el peor de los mundos. Los electores de Uribe que entregaron su voto de confianza a Duque por ser el ungido del expresidente lo consideran un blandengue. El resto de sus electores, no entregaron su voto por convicción sino para “salvar” al país de un gobierno de Gustavo Petro y una vez logrado su objetivo se esfumó su apoyo. Sus opositores, lo consideran un títere y le endilgan hoy la responsabilidad de todos los males de la nación. La evidente debilidad del gobierno ha  permitido que todos los actores con demandas  sobre los más variados aspectos las hagan al mismo tiempo y suman a Colombia en el estado en que se encuentra en ,la actualidad.
A lo anterior se suma la peligrosa oferta de la “prosperidad por decreto” según la cual, el inicio de las bienaventuranzas para todo el país depende de unos cambios que se han aplazado por la voluntad de quienes han gobernado. Y este es uno de los problemas más graves del nudo en que nos encontramos hoy. Con el desempleo juvenil más grande de América no se acepta discutir una reforma laboral. La bomba pensional que aumenta cada año y que requeriría una discusión nacional se reduce a lugares comunes y ninguna fuerza política quiere asumir con responsabilidad el tema del aumento de edad de jubilación y modificaciones al régimen de prima media.  Al contrario, se consolida la posición de volver intocables el régimen de prima media, situación que es el equivalente a pegarse un tiro en los pies.
Los pronunciamientos del presidente de realizar una apertura al diálogo y la focalización de la agenda social pueden llevar al país a solucionar una coyuntura política ocasionando un grave desbalance estructural. Ernesto Samper hace un cuarto de siglo con graves problemas de gobernabilidad por su financiación por narcotraficantes de su campaña, dedicó su cuatrenio a sostenerse en el poder y feriar el país. No hubo gremio ni grupo político que no aprovechara la debilidad presidencial para ganar licitaciones, asaltar institutos y obtener beneficios por la foto de apoyo al presidente impopular. Nada más peligroso que repetir la historia de feriar el Estado para salvar un presidente.
Así como se exigen responsabilidades al actual gobierno, es el momento que muchos de los hoy indignados den explicaciones al país sobre sus actuaciones pasadas. A la crítica situación del sistema pensional colaboraron en gran manera organizaciones que promovieron y consiguieron beneficios para sus afiliados, girando contra el presupuesto público. Bancos oficiales, empresas estatales, órganos de control y otras entidades donde hubo miles de pensionados a los cuarenta años que nunca supieron lo que fue pagar un colegio para sus hijos, gracias a las “conquistas” que hoy son pagadas vía presupuesto público. Muchas de esas organizaciones que exigen democracia y se apropian de la “voz del pueblo” son dirigidas por las mismas personas hace varias décadas, lo que no deja de ser una simpática contradicción.
No vote por Iván Duque y lo hice en blanco en la segunda vuelta. Los acontecimientos de las últimas semanas confirman la decisión tomada en segunda vuelta. Nada le conviene más al uribismo que hoy parece derrotado y superado que el crecimiento de Petro como opción de poder. Sería lo único que evitaría su desaparición. La elección entre un gobernante inexperto e influenciable y otro que ofrece la prosperidad con varita mágica y espejos como el venezolano permitirían que todo cambie para que todo siga igual.

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