lunes, 25 de mayo de 2015

Gonzalo Guillen: Una luz en las sombras

En la mayoría de las regiones de Colombia existen unos personajes que adelantan sus actividades políticas y económicas al margen de la ley pero nunca son señalados y mucho menos castigados por sus acciones. Aunque son un secreto a voces sus actos de corrupción, no existe nadie que atreva a denunciarlos y tampoco autoridad que se atreva a procesarlos. El carrusel de la contratación que comandaron los hermanos Moreno en Bogotá se repite a lo largo y ancho del país sin consecuencias para sus participantes.
En medio del actual ambiente desolador,  en el cual el  candidato presidencial y actual vicepresidente notifica a todos los ciudadanos que su partido tiene como prioridad complacer los caprichos de caciques regionales que juren lealtad a su campaña presidencial, es preciso destacar personas como el periodista Gonzalo Guillén que ha realizado importantes denuncias públicas contra  personajes que hasta antes de ellas eran intocables. Gracias a estas denuncias, los familiares del actual Contralor han sido procesados y condenados por variados delitos y el exgobernador de la Guajira que fue avalado por el partido de Vargas Lleras se encuentra asistiendo a un proceso penal por homicidio.
Guillen hubiera podido optar por el camino fácil de mirar para otro lado y esperar que las autoridades y sus exhaustivas investigaciones cumplieran su deber. El cuidado personal y la tranquilidad indicarían que esa era la mejor decisión. Hacer público lo que se comentaba en privado equivalía a firmar una sentencia de muerte. Muchos de quienes confiaron en el sistema y tramitaron sus denuncias  se encuentran hoy domiciliados en el cementerio, mientras los que corrieron mejor suertes fueron desplazados o se encuentran exiliados. Con el dossier de los denunciados, la consecuencia de hacer públicas sus actuaciones será tener una fuerte escolta de por vida. Guillén optó por darle voz a los decenas de muertos y desaparecidos a costa de su propia seguridad personal  y gracias a ello obligó al aparato judicial a realizar las investigaciones que por años de manera deliberada omitió.

En esta época de sombras, fiscales venales,  procuradores y contralores que llegan a sus cargos gracias a las dádivas que reparten entre sus electores y de políticos dispuestos a venderlo todo por su ambición de ser presidentes, historias como las de Gonzalo Guillen se convierten en leyendas de nuestra época, pues conociendo el entorno colombiano se requiere una mezcla de heroísmo y locura para realizar esta clase de denuncias.  Si Guillen hubiera vivido en las épocas de Sodoma y Gomorra, éstas no hubieran ardido bajo el fuego. 

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